Expectativas Poco Realistas que Complican Tu Vida.
1. La vida debería ser justa.
Aunque todos hemos escuchado que "la vida no es justa", muchos aún esperan, de forma inconsciente, que las injusticias se compensen de alguna manera, sin que tengan que hacer nada al respecto. Si te quedas atrapado en esta mentalidad, es hora de cambiar. Cuando algo "injusto" suceda, no esperes que fuerzas externas lo solucionen. A veces, no hay premios de consolación. Cuanto menos los esperes, más rápido podrás actuar para hacer un cambio real.
2. Las oportunidades llegarán a mí.
Esperar que las oportunidades toquen a tu puerta es una receta para la frustración. No basta con merecer un ascenso, un aumento o cualquier otro beneficio. Tienes que salir a buscar esas oportunidades. Si esperas pasivamente, estarás siempre a merced de las decisiones de los demás. Pregúntate: “¿Qué pasos necesito dar?”, “¿Qué obstáculos tengo que superar?”, y “¿Qué errores estoy cometiendo que me alejan de mis metas?”. Sólo con esa mentalidad proactiva podrás acercarte a lo que realmente quieres.
3. Todos deberían ser como yo.
Cada persona es un mundo, y no puedes esperar que todos compartan tus puntos de vista o forma de ser. A menudo, las personas más amables y respetuosas tampoco le caen bien a todo el mundo, y eso está bien. Si asumes que todos deberían ser como tú, te predispones a decepcionarte y lastimarte emocionalmente. En lugar de eso, enfócate en ganarte la confianza y el respeto de los demás, sin esperar que todos piensen igual que tú.
4. La gente debería estar de acuerdo conmigo.
Es fácil asumir que, como sabes de lo que hablas, los demás deberían estar de acuerdo contigo. Pero las personas tienen experiencias y metas diferentes, lo que puede llevarlas a ver las cosas desde una perspectiva completamente distinta. Deja de ofenderte si no comparten tu opinión, y evita pensar que sólo existe una respuesta correcta (la tuya). En su lugar, trabaja en encontrar soluciones que puedan beneficiar a todos.
5. La gente sabe lo que quiero decir.
No esperes que los demás lean tu mente. Lo que dices y lo que los otros entienden rara vez coinciden a la perfección. Ser claro en tu comunicación es vital. Ya sea que estés explicando un proyecto complejo o pidiendo un favor, asegúrate de proporcionar el contexto adecuado. Una mala comunicación sólo genera confusión, por lo que es fundamental ponerte en los zapatos de los demás y asegurarte de que tu mensaje sea recibido como lo deseas.
6. Esto no saldrá bien.
Si constantemente esperas lo peor, estarás preparando el terreno para que tus peores temores se hagan realidad. Aunque a veces fallamos, adoptar una actitud pesimista sólo reduce tus posibilidades de éxito. Si tienes un objetivo, debes creer firmemente que lo lograrás, de lo contrario, estarás saboteando tus propios esfuerzos.
7. Cuando consiga eso, seré feliz.
Es fácil caer en la trampa de pensar que alcanzar una meta o adquirir algo material nos hará felices. Aunque algunas cosas pueden hacer la vida más cómoda o entretenida a corto plazo, la verdadera felicidad no proviene de factores externos. Si no trabajas en resolver lo que te hace infeliz internamente, ningún logro externo podrá llenar ese vacío a largo plazo.
8. Yo puedo cambiar a esa persona.
La única persona a la que realmente puedes cambiar en este mundo es a ti mismo, y eso ya requiere un esfuerzo significativo. Las personas sólo cambian cuando realmente desean hacerlo. Si intentas cambiar a alguien que no está dispuesto, sólo te frustrarás. Deja de buscar personas con problemas pensando que puedes "arreglarlas". En lugar de eso, rodéate de personas auténticas y positivas, y aléjate de aquellos que sólo drenan tu energía.
Creer en tu éxito aumenta las probabilidades de alcanzarlo, pero también implica deshacerte de expectativas equivocadas que sólo te detendrán en el camino. Enfócate en lo que realmente puedes controlar y abandona esas creencias que únicamente añaden peso a tus hombros.
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