Tu excusa de “no tengo tiempo suficiente” no es válida en este caso. ¿Crees que estás demasiado ocupado como para tener una vida saludable? Piénsalo dos veces.
No, no es fácil equilibrar tu vida laboral y tu vida doméstica, y quizá tomas la solución más rápida cuando es posible, ¿cierto? Y es más que probable que tu bienestar personal sea la primera víctima de estas decisiones.
Sin embargo, tú puedes insertar varios hábitos saludables en tu ocupada agenda, sólo necesitas un poquito de planificación. Trata de incorporar estos consejos simples y prácticos en tu rutina semanal—para comer mejor, verte mejor y sentirte mejor.
4 Hábitos Para Una Vida Saludable Que Sabes Y No Aplicas:
1.Alimentación Saludable.
Prepararte una comida saludable y balanceada no tiene por qué consumir mucho de tu tiempo. Alista con anticipación lo que necesitas para preparar tus comidas, esto hará que cocinar sea rápido y fácil. Por ejemplo, cortar vegetales el domingo por la noche puede ayudarte a preparar ensaladas para el lunes y el martes. Comidas saludables pre-cocidas pueden ser congeladas, para ser consumidas durante la semana. Sopas y pastas son buenas candidatas para descongelar y servir rápidamente.
No obstante, cuídate y evita caer en la adicción de recurrir a soluciones rápidas y poco saludables. Una taza de café ocasional puede llegar a convertirse en una adicción a la cafeína. No hay salud en una pizza, un café o una bebida energizante, esa clase de dieta no es sostenible en el tiempo sin que tu salud se vea afectada. Destina un poco de tu tiempo a comer bien, además de ahorrarte malestares y enfermedades, ahorrarás dinero.
2.Ejercicio.
Mucha gente suele adoptar una rutina de ejercicios con la actitud del “todo o nada”. Si no pueden pasar toda la noche en el gimnasio haciendo una rutina completa de entrenamiento, ¿para qué molestarse en ir? Esa actitud lleva a un solo resultado: nunca entrenar.
Aprende a hacer ejercicios cuando te sea posible. Incluso sólo 20 minutos de actividad es mejor que nada. Aquí hay algunas ideas convenientes para ejercitarte:
Sal a caminar cuando tengas que hacer largas llamadas telefónicas, así podrás ejercitarte mientras realizas tu trabajo.
Jugar con los niños es un gran ejercicio. No sólo estarás pasando tiempo de calidad con tus hijos o sobrinos, sino que todos se estarán ejercitando al mismo tiempo.
Si vives cerca a tu trabajo y los caminos y el clima te lo permiten, trata de dejar el auto en la cochera y usa tu bicicleta para ir a trabajar. Experimenta tu recorrido al trabajo desde nuevos e interesantes puntos de vista.
3.Relajación.
No olvides darte la oportunidad de relajarte. Tener una vida saludable y gozar de bienestar no sólo se trata de esforzarte todo el tiempo, así que encuentra una actividad relajante que te agrade—ya sea meditar, cuidar de un jardín o simplemente sentarte en el sofá a ver una buena película de vez en cuando.
Nuestra productividad se eleva cuando nos enfocamos en una sola tarea a la vez, sin distraernos, sin embargo, puede ser perjudicial enfocarse en algo tan vehementemente que no te detengas hasta terminar, especialmente si estás trabajando en labores grandes y complejas. Toma un descanso cada cierto tiempo. Busca opiniones de otros, es posible que el consejo o apoyo de otras personas, especialmente de quienes se preocupan por ti, puedan evitarte mucho esfuerzo extra.
4.Familia.
Deja el trabajo donde pertenece—en el trabajo. Tómate los fines de semana y enfócate en tener tiempo de calidad. Encuentra una actividad que una a toda la familia. Puede ser un juego, ir al campo, salir en bicicleta, o cenar todos juntos sin distracciones. Cuando estés con tu familia, estate con tu familia.
Si no realizas esfuerzos conscientes para hacer esto, será fácil caer en una rutina en la que, o estás trabajando o estás pensando en la familia, todo lo demás es demasiado agotador. No olvides que ser un buen padre no es lo mismo que ser un buen esposo. Estos roles son únicos y requieren de elementos diferentes. No puedes satisfacer uno y asumir que el otro se atenderá por sí mismo.
El equilibrio consiste en administrar cada actividad en tu vida. Sin buen equilibrio, sólo es cuestión de tiempo antes de que otras actividades sufran.
Ahora que sabes todo esto, no puedes depender de la vieja y conocida excusa del “estoy muy ocupado”. Una vida saludable y más activa, en realidad no requiere de mucho tiempo—el tiempo ya está ahí, sólo tienes que emplearlo mejor.
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