La manera en que las personas inteligentes y exitosas enfrentan sus problemas es realmente fascinante. Mientras que los demás ven barreras impenetrables, ellas ven retos que disfrutar y obstáculos que superar. Su confianza al enfrentar dificultades es impulsada por su capacidad de ignorar la negatividad que frena a la mayoría de personas.
El éxito en la vida es impulsado por una sola cosa, la creencia de que tus fracasos fueron producidos por circunstancias fuera de tu control, o que son errores que puedes corregir con algo de esfuerzo.
Tu éxito no es lo único que puede determinarse en base a tu mentalidad. Las personas que tienen una mentalidad predominantemente negativa son más propensas a deprimirse, porque consideran que sus fracasos se deben a sus irremediables incapacidades, no obstante, las personas de mentalidad optimista tratan al fracaso como una oportunidad para aprender, y están seguras de que lo harán mejor en el futuro.
Mantener una mentalidad exitosa no es fácil. Hay siete cosas que podrían deteriorarla. Estos retos ahogan a la gente porque parecen ser barreras insuperables, aunque para las personas inteligentes, estas barreras insuperables son sólo obstáculos a superar.
Los siete retos que la gente inteligente supera constantemente:
La edad. La edad es en realidad sólo un número. Las personas inteligentes no permiten que su edad defina quiénes son ni qué es lo que pueden hacer. Casi siempre las personas se sienten con derecho a decirte qué puedes y qué no puedes hacer debido a tu edad. Evita escucharlas, de hecho, las personas inteligentes no les hacen caso. Las personas inteligentes siguen su corazón y dejan que su pasión—no el cuerpo en el que están viviendo—sea su guía.
La negatividad. La vida no siempre será color de rosa, sin embargo, tienes las mismas 24 horas al día que cualquier otra persona en este mundo. Las personas inteligentes hacen que su tiempo en este mundo cuente. En lugar de quejarse sobre cómo pudieron o cómo deberían ser las cosas, reflexionan sobre todo aquello por lo que se sienten agradecidas. Luego, encuentran la mejor solución disponible, resuelven el problema y siguen adelante con sus vidas.
Cuando la negatividad proviene de otra persona, la gente inteligente evita a esas personas fijando límites y tomando distancia de ellas. Míralo de esta manera: si la persona que se queja estuviera fumando, ¿te sentarías a su lado toda la tarde a inhalar el humo que produce? Claro que no, te alejarías de esa persona, y ésa es la manera en que deberías tratar a toda la gente negativa.
Una excelente manera de detener las quejas de una persona es preguntarle: ¿cómo piensa solucionar el problema del que se está quejando? Entonces, esa persona se calmará o cambiará de conversación a algo probablemente más productivo.
Las personas tóxicas. La gente inteligente cree en un principio sencillo: tú eres el promedio de las cinco personas con las que más tiempo pasas. Así como las personas grandiosas pueden ayudarte a alcanzar tu máximo potencial, las personas tóxicas pueden arrastrarte hasta el fondo junto con ellas. Ya sea su negatividad, crueldad, su síndrome de víctima, o su locura, la gente tóxica crea estrés y conflictos que deberías evitar a toda costa. Si no estás feliz con la situación actual de tu vida, mira a tu alrededor, probablemente la gente con la que te rodeaste sea la causa de tus problemas.
La opinión de los demás. Cuando tu sensación de placer y satisfacción proviene de compararte con otras personas, dejas de ser el amo de tu destino. Si bien es imposible dejar de reaccionar a lo que otras personas piensan de ti, no tienes que comparar tus logros con los de los demás, y siempre puedes tomar las opiniones de los demás como lo que son, opiniones. De esa manera, no importa qué piensen los demás de lo que estás haciendo o pensando, tu autoestima vendrá de tu interior.
La gente inteligente sabe que preocuparse por lo que los demás piensen es una pérdida de tiempo y energía. Cuando las personas inteligentes se sienten bien por algo que hicieron, no dejan que las opiniones de los demás les roben esa sensación de satisfacción.
Miedo. El miedo es simplemente una emoción pasajera alimentada por nuestra imaginación. El peligro es real. Es una incómoda descarga de adrenalina que recibes cuando te paras delante de un autobús en marcha. El miedo es una elección. Las personas inteligentes saben esto mejor que nadie, lo que les permite apagar al miedo a voluntad. Son adictas a la sensación de euforia que les produce conquistar sus miedos.
No permitas que el miedo te impida disfrutar de la vida. A menudo, la gente dice: “¿qué es lo peor que podría suceder? ¿Esto te matará?”, aunque la muerte no es lo peor que te podría pasar. Lo peor que te podría pasar es permitirte morir en tu interior mientras aún estás vivo.
El pasado o el futuro. Al igual que el miedo, el pasado y el futuro son producto de tu mente. No hay una cantidad de culpa que pueda cambiar el pasado, y no hay una cantidad de ansiedad que pueda cambiar el futuro. Las personas inteligentes saben esto, por ello, se enfocan en vivir en el presente. Es imposible alcanzar tu máximo potencial si constantemente estás distraído, sin poder aceptar completamente la realidad (para bien o para mal) de este preciso momento.
Para vivir en el momento, debes hacer dos cosas:
- Aceptar tu pasado. Si no haces las paces con tu pasado, éste nunca te dejará y creará tu futuro. La gente inteligente sabe que el único buen momento para mirar al pasado es para ver cuánto ha progresado.
- Aceptar la incertidumbre del futuro. Evita crear expectativas innecesarias sobre ti mismo. La preocupación no tiene espacio en el aquí y en el ahora. Como dijo Mark Twain: “Preocuparte es como pagar una deuda que aún no tienes”.
La situación mundial. Si prestas atención a las noticias por cualquier lapso de tiempo, verás que sólo muestran un interminable ciclo de guerras, ataques violentos, crisis económicas, compañías en quiebra y desastres medio ambientales, eso hace que sea fácil creer que el mundo se está desmoronando rápidamente.
¿Quién sabe? Quizá así sea, pero las personas inteligentes no se preocupan por eso, porque no se dejan atrapar por las cosas que no pueden controlar. En lugar de eso, enfocan su energía en dirigir las dos cosas que están completamente bajo su poder—su atención y su esfuerzo. Fijan su atención en todas las cosas por las que se sienten agradecidas, y buscan todo lo bueno que está sucediendo en el mundo. Enfocan sus esfuerzos en hacer lo que pueden cada día para mejorar sus vidas y al mundo que les rodea, porque estos pequeños aportes son todo lo que se necesita para crear un mundo mejor.
Tu éxito es impulsado por tu mentalidad. Con disciplina y enfoque, puedes asegurarte de que estos siete obstáculos no te impidan alcanzar tu máximo potencial.
Publicar un comentario